
El desembolso del FMI permitirá reforzar las reservas netas del Banco Central argentino.
Este lunes, el Gobierno argentino recibió un nuevo desembolso de 2.000 millones de dólares por parte del Fondo Monetario Internacional, luego de que el organismo aprobara la primera revisión técnica del acuerdo vigente. Con estos fondos, el Ministerio de Economía, junto al Banco Central, ejecutará una operación interna para modificar la composición de la deuda en dólares.
El mecanismo consiste en que el Tesoro le recomprará al Banco Central una parte de las Letras Intransferibles que hoy integran su balance. Se trata de títulos emitidos por el propio Estado que no cotizan en el mercado y que, según los últimos datos, suman unos 16.753 millones de dólares.
El objetivo principal de esta maniobra es fortalecer las reservas netas del Banco Central. Aunque el stock total de divisas no cambia, sí se modifica cómo están contabilizadas: los Derechos Especiales de Giro (DEG) pasarán de estar bajo control del Tesoro a integrarse a los activos externos del BCRA.
En términos prácticos, esto implica que los fondos dejarán de ser considerados como encajes para convertirse en reservas netas, es decir, divisas que el Banco Central puede usar activamente para intervenir en el mercado si lo considera necesario.
Desde el FMI, la directora ejecutiva Kristalina Georgieva volvió a remarcar la necesidad de robustecer el respaldo en divisas del país. Consideró “fundamental” incrementar los fondos del Banco Central para enfrentar mejor los shocks externos y facilitar un acceso más estable a los mercados internacionales.
Además, el organismo internacional calificó como “costosas” algunas de las leyes que fueron vetadas por el presidente Javier Milei, entre ellas aquellas vinculadas a aumentos para jubilaciones y fondos de discapacidad.

El Tesoro le recomprará al Banco Central otra porción de Letras Intransferibles.
La revisión aprobada recientemente por el directorio del FMI fue clave para destrabar este nuevo envío de recursos, y forma parte de la estrategia de la actual gestión para sostener la estabilidad cambiaria bajo un esquema de flotación administrada, donde el Banco Central actúa en las puntas de intervención.
El traslado de los DEG desde el Tesoro hacia el BCRA, mediante la recompra de títulos intransferibles, se enmarca dentro de los compromisos asumidos con el Fondo. Esta operación también busca ordenar el balance del ente monetario, al reducir los pasivos sin valor de mercado y fortalecer su capacidad operativa en divisas.
Aunque no implica una suba real en el volumen total de reservas brutas, esta reconfiguración permite mejorar indicadores clave para los compromisos internacionales. Así, las reservas netas —las que excluyen préstamos y pasivos— se verán incrementadas, aportando mayor respaldo a las políticas cambiarias del Ejecutivo.
La dinámica entre el Tesoro y el Banco Central, con foco en este tipo de movimientos, se ha vuelto habitual en el marco del acuerdo con el FMI, como una herramienta para mostrar avances sin depender de ingresos genuinos por exportaciones o ingreso de capitales.
Con este nuevo paso, el Gobierno apunta a mantener cierto margen de maniobra en un contexto donde las exigencias fiscales y monetarias del acuerdo siguen marcando el ritmo económico del país.