Estados Unidos ofrece una recompensa de USD 50 millones por Nicolás Maduro.
La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, anunció que se duplicó a 50 millones de dólares la recompensa por información que permita la captura del presidente venezolano, Nicolás Maduro. El anuncio fue realizado a través de un video oficial difundido por redes sociales.
Bondi afirmó que Maduro opera con el respaldo de organizaciones criminales internacionales, entre ellas la banda Tren de Aragua, el Cártel de Sinaloa y el grupo conocido como Cártel de los Hijos. Según la fiscal, estas redes son utilizadas para introducir cocaína y violencia en territorio estadounidense.
“Hasta ahora, la DEA logró incautar 30 toneladas de cocaína ligadas a Maduro y su entorno. Siete toneladas estarían directamente vinculadas al mandatario, lo que representa ingresos clave para los carteles que operan desde Venezuela y México”, detalló.
La funcionaria también informó que el Departamento de Justicia confiscó más de 700 millones de dólares en bienes relacionados con el régimen venezolano. Entre esos activos figuran dos aviones privados, nueve vehículos y otras propiedades de alto valor.
“Maduro es uno de los mayores narcotraficantes del mundo y una amenaza directa para nuestra seguridad nacional. Por eso, la recompensa subió a 50 millones”, expresó Bondi. Y remató: “Bajo el liderazgo del presidente Trump, Maduro no escapará de la justicia”.
En el mismo mensaje, invitó a quienes tengan datos relevantes a comunicarse con el Departamento de Justicia, proporcionando una línea telefónica y un enlace web para hacer denuncias anónimas.

Estados Unidos ofrece una recompensa de USD 50 millones por Nicolás Maduro. EFE/ Ronald Peña R.
Desde el Departamento de Estado, el subsecretario Cristóbal Landau fue más allá y aseguró que las relaciones con Venezuela ya no son una cuestión diplomática, sino un tema de seguridad. “Ese país fue tomado por una banda criminal. Maduro no es un jefe de Estado, sino el líder de un cártel”, publicó en su cuenta oficial de X (ex Twitter).
La acusación formal contra Nicolás Maduro fue presentada en 2020 por el Departamento de Justicia estadounidense e incluye cargos de narcoterrorismo y tráfico internacional de estupefacientes. Se trata de una medida poco común en la política exterior norteamericana, ya que apunta a un presidente en funciones.
El conflicto entre ambos países tuvo un episodio reciente en el marco de la política migratoria de Trump. En un acuerdo puntual, Venezuela liberó a diez ciudadanos estadounidenses encarcelados en Caracas, a cambio de que Estados Unidos permitiera la repatriación de decenas de migrantes hacia El Salvador. Poco después, la administración flexibilizó sanciones económicas que pesaban sobre Venezuela y habilitó a la petrolera Chevron a retomar sus operaciones en el país sudamericano.
A esto se suma un panorama electoral bajo disputa. Aunque el Consejo Nacional Electoral de Venezuela declaró a Nicolás Maduro vencedor en las elecciones presidenciales de julio de 2024, organismos internacionales como el Centro Carter y observadores de Colombia validaron los recuentos alternativos difundidos por la oposición. Según esos datos, el candidato Edmundo González Urrutia habría ganado con el 67 % de los votos.
Tras los comicios, González Urrutia se exilió en España luego de que se emitiera una orden de arresto en su contra. El régimen chavista también ofreció una recompensa de USD 100.000 por información que permita su detención.
En enero de este año, durante la presidencia de Joe Biden, Estados Unidos ya había elevado la recompensa por Maduro de 15 a 25 millones de dólares. El reciente anuncio bajo la órbita de Trump duplica esa cifra, en una nueva escalada dentro de las tensiones históricas entre Washington y Caracas.