El Volkswagen Bora quedó retenido como evidencia mientras se investigan las causas del siniestro.
El joven de 19 años que conducía el Volkswagen Bora quedó en el centro de la investigación por la tragedia vial que terminó con la vida de Ricardo Argentino Oliva y sus tres hijos, en la madrugada del domingo sobre la ruta nacional 213. Aunque no presentaba signos de haber consumido alcohol, la Justicia avanza para determinar si estaba bajo el efecto de otras sustancias al momento del impacto.
Según confirmaron fuentes judiciales a este medio, el test de alcoholemia realizado en el lugar del hecho arrojó resultado negativo. Sin embargo, por orden de la fiscal de Arroyito, se le practicaron análisis de sangre y orina para descartar completamente la presencia de drogas u otras sustancias psicoactivas. Los resultados de estas pericias todavía no fueron difundidos públicamente.
La figura penal que pesa sobre el joven es grave: está imputado por homicidio culposo agravado y lesiones culposas agravadas, debido a que producto del choque murieron cuatro personas —un adulto y tres menores—, y otras tres resultaron heridas. La fiscal aguarda los informes periciales para definir si solicita prisión preventiva o alguna otra medida cautelar.
Al momento del siniestro, en el Bora viajaban otros tres adolescentes, todos de 19 años. Uno de ellos sufrió un traumatismo de cráneo severo y fue trasladado al Sanatorio Francés en Córdoba capital. Los otros dos jóvenes fueron atendidos en el Hospital de Arroyito y dados de alta horas después. Hasta ahora, ninguno de ellos declaró formalmente ante la fiscalía.
La reconstrucción inicial del accidente indica que el Bora circulaba a alta velocidad cuando impactó de atrás al Fiat 147, que iba con cinco personas a bordo. El choque ocurrió alrededor de las 4 de la mañana, en un tramo con calzada reducida y señalización deficiente, lo que agravó las consecuencias del siniestro. El Fiat terminó contra el guardrail central. Todos los ocupantes salieron despedidos.
Desde el Ministerio Público Fiscal, sostienen que la responsabilidad está claramente determinada: “Está totalmente demostrado que el Bora embistió de atrás. En estos casos, la responsabilidad recae en quien embiste”, señalaron fuentes oficiales.
La ficha prontuarial del joven fue solicitada por la fiscalía, con el fin de conocer si posee antecedentes penales o contravenciones previas. Hasta el momento, no se ha informado si registra causas anteriores.
El Volkswagen Bora quedó secuestrado como parte de la investigación y fue peritado por personal técnico especializado. Se relevaron los daños, las condiciones del rodado y posibles evidencias que permitan establecer la dinámica exacta del impacto.
La comunidad de El Fuertecito y Arroyito permanece conmocionada por lo ocurrido. Mientras la familia de Ricardo Oliva enfrenta un duelo inconmensurable, la causa judicial avanza con la lupa puesta en el accionar del joven conductor. Su destino judicial dependerá, en buena parte, de los resultados que arrojen los estudios toxicológicos.
Por ahora, el joven permanece a disposición de la fiscalía. La investigación sigue abierta, y las próximas horas serán clave para definir si su situación legal se agrava.
