
Durante más de tres horas, Uribe se defendió de la condena y cuestionó su impacto público.á va el pie de foto. crédito Jesús Avilés / Infobae
El 1 de agosto de 2025, el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez presentó su apelación contra la sentencia de 12 años de prisión dictada por la jueza Sandra Heredia. Durante más de tres horas, expuso sus argumentos frente al tribunal, enfocándose principalmente en la presunción de inocencia y en lo que considera un daño irreparable a su imagen.
La condena, que incluye además una multa superior a los 2.000 millones de pesos y la inhabilitación para ejercer cargos públicos, había sido anunciada días antes y contempla su cumplimiento bajo la modalidad de prisión domiciliaria. Sin embargo, para Uribe, el perjuicio ya estaba hecho.
“El fallo todavía no está ejecutoriado, pero ya se me trata como culpable. La publicidad que se le dio a esta sentencia afecta directamente mi honra”, expresó el exmandatario ante los magistrados, en una exposición donde mezcló consideraciones legales con apreciaciones personales.
Uribe aseguró que las consecuencias sobre su reputación no comenzaron con la sentencia, sino que se fueron gestando durante todo el proceso judicial. Según planteó, la causa estuvo impregnada por un discurso político que afectó su imagen más allá de lo estrictamente jurídico. “Por Dios, honorables magistrados, ¿qué más afectación de mi honra?”, exclamó con visible enojo.
Además, defendió el tono de sus intervenciones públicas a lo largo del juicio, negando que hayan tenido como fin encubrir conductas indebidas. “Siempre hablé en busca de la verdad. No fue una estrategia para disimular nada”, afirmó, y agregó que su trayectoria en la función pública estuvo marcada por la responsabilidad y la verticalidad.
En el tramo final de su exposición, Uribe abordó el rol de figuras como Deyanira Gómez y los exparamilitares Juan Guillermo Monsalve y Pablo Hernán Sierra. En ese punto, la jueza Heredia interrumpió su alegato para solicitarle que se limitara a los aspectos que fueron considerados en la sentencia.
“Perdón, señor Uribe, discúlpeme, pero evitemos ese tipo de agravios. No son necesarios y no fueron parte del fallo. He sido paciente, pero ya estamos desbordando los límites”, indicó la magistrada, pidiéndole que recondujera su defensa dentro del marco legal permitido.
Uribe insistió en su relato y apuntó que el juicio lo presentó como un criminal, ignorando sus años de servicio al país. “Esta sentencia cambia la narrativa de la historia. Presenta a los delincuentes como héroes y a mí como un bandido”, dijo. También sostuvo que la decisión buscó silenciar a voces opositoras en Colombia.
Tras la intervención del expresidente, la jueza cerró la audiencia con una frase formal: “Se ha surtido la sustentación del recurso de apelación. Suspendemos este acto procesal... se les autoriza a que se retiren. Que tengan una feliz noche y un feliz fin de semana”.
Uribe, por su parte, respondió brevemente: “No feliz, pero de todas maneras gracias, señora juez”.
La apelación presentada abre una nueva etapa en el proceso judicial que, según los tiempos legales, podría extenderse varios meses. Mientras tanto, el caso sigue generando repercusión en los medios y en la opinión pública de Colombia, manteniéndose como uno de los hechos políticos y judiciales más resonantes del año.