Usar el aguinaldo con planificación permite ordenar las finanzas, evitar deudas futuras y avanzar con objetivos personales sin descuidar el consumo.
Cada junio y diciembre, millones de argentinos reciben el aguinaldo o sueldo anual complementario. Se trata de un ingreso adicional que, si bien suele esperarse con entusiasmo, muchas veces se diluye rápidamente. En lugar de gastarlo de forma impulsiva, usar el aguinaldo con inteligencia puede ayudarte a mejorar tu situación financiera, saldar deudas, ahorrar o incluso invertir.
En esta guía, te comparto estrategias prácticas y actualizadas para que el aguinaldo no se te escape de las manos.
Analizá tu situación financiera antes de gastarlo
El primer paso antes de usar el aguinaldo es saber dónde estás parado. Hacé un repaso de tus ingresos, gastos fijos, deudas pendientes y necesidades prioritarias. Si estás al día con todo, podés usar ese dinero con mayor libertad. Pero si arrastrás pagos atrasados o usás la tarjeta con frecuencia para cubrir gastos básicos, conviene destinar una parte a equilibrar tus cuentas.
Una buena práctica es anotar todo: cuánto tenés, cuánto debés y qué querés hacer. Esto te va a permitir tomar decisiones más racionales y menos impulsivas.
Pagá deudas o tarjetas si estás ajustado
Si estás endeudado, el aguinaldo puede ser un gran aliado para ponerte al día. Cancelar o reducir saldos en tarjetas de crédito, préstamos personales o cuotas atrasadas es una de las mejores formas de usar ese ingreso extra. No solo te libera del peso de los intereses, sino que te da aire para el mes siguiente.
Además, si reducís tus pasivos, aumentás tu capacidad de ahorro o inversión en el futuro.
Destiná una parte al ahorro o al fondo de emergencia
El ahorro no debería ser lo que queda, sino una parte definida del ingreso. Si no tenés fondo de emergencia, podés aprovechar el aguinaldo para crear uno. Lo ideal es contar con entre tres y seis meses de gastos básicos cubiertos en una cuenta separada, por si surge algo imprevisto.
En 2025, muchas billeteras virtuales como Mercado Pago, Ualá, Naranja X y Prex ofrecen opciones para guardar dinero y obtener algún rendimiento. También podés evaluar cajas de ahorro tradicionales o cuentas remuneradas.
Invertí si ya tenés cubiertos tus gastos y ahorros
Si no tenés deudas y ya contás con un fondo de emergencia, invertir parte del aguinaldo puede ser una excelente opción. Hoy existen plataformas que permiten inversiones simples desde montos bajos, como los fondos comunes de inversión que ofrecen bancos y fintech.
Otras alternativas pueden ser plazos fijos, compra de dólares (si está permitido), criptomonedas (para perfiles más arriesgados) o incluso herramientas como Cedears, si tenés conocimientos o asesoramiento.
Lo importante es que la inversión esté alineada a tus objetivos y tolerancia al riesgo.
Premiate, pero con límites
Una parte del aguinaldo también puede destinarse al disfrute personal o familiar. Comprarte algo pendiente, salir a comer o planificar una escapada son formas válidas de usar tu dinero. El punto está en definir un monto razonable y no gastar todo sin pensar.
Una estrategia recomendada es aplicar la regla 50/30/20:
- 50 % a obligaciones o deudas
- 30 % a ahorro o inversión
- 20 % al consumo personal
Este enfoque ayuda a encontrar equilibrio entre necesidad y bienestar.
Evitá ofertas engañosas o consumos innecesarios
En épocas de cobro de aguinaldo, proliferan las promociones de última hora, descuentos “imperdibles” y cuotas sin interés. Aunque algunas son reales, muchas están infladas o te llevan a gastar más de lo que pensabas.
Antes de comprar, compará precios, revisá condiciones y preguntate si realmente necesitás eso. Comprar solo porque “hay descuento” no siempre es ahorro.
Pensá a largo plazo: educación, salud o proyectos personales
Otra forma de usar inteligentemente el aguinaldo es pensar más allá del mes. Podés reservar una parte para pagar cursos, tratamientos médicos, arreglos en la casa o cualquier objetivo que implique una mejora en tu calidad de vida.
También podés ayudar a familiares, apoyar un emprendimiento o anticipar gastos de fin de año si tenés una economía predecible.
Conclusión: cada aguinaldo es una oportunidad
El aguinaldo no es un “extra” que hay que gastar rápido. Bien administrado, puede ayudarte a salir del rojo, organizar tu economía y avanzar en objetivos personales. La clave está en definir prioridades, separar un porcentaje para cada fin y evitar decisiones emocionales.
Usarlo con inteligencia no significa no disfrutarlo, sino hacerlo de forma consciente. Incluso pequeñas acciones pueden tener un gran impacto si se sostienen en el tiempo.