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El arte del fileteado porteño: Un estilo unico que decora Buenos Aires

Descubrí el fileteado porteño, un arte visual tradicional de Buenos Aires que combina letras, colores y cultura popular argentina.

jueves, 10 de julio de 2025

/ Titular24

El fileteado porteño combina tipografía ornamental y símbolos populares para expresar la identidad visual de Buenos Aires.

Origen y evolución de una expresión popular

El fileteado porteño nació a comienzos del siglo XX en la ciudad de Buenos Aires como una forma de decoración aplicada inicialmente a los carros de reparto, especialmente los que transportaban leche, pan y frutas. Con el tiempo, esta técnica se expandió a vehículos como colectivos, camiones y, más adelante, negocios, instrumentos musicales y objetos personales.

Este arte se caracteriza por su uso de líneas curvas, colores vivos, sombras, filetes (líneas delgadas que delinean figuras) y una fuerte carga simbólica. Además, suele incluir frases populares, retratos de ídolos, imágenes religiosas y banderas. Cada pieza está impregnada de identidad local y muchas veces de humor criollo.

El término “fileteado” proviene del francés filet, que significa hilo o línea delgada, haciendo alusión a las líneas ornamentales que decoran los bordes de las composiciones.

Características del fileteado porteño

Entre los elementos más representativos del fileteado porteño se encuentran:

  • Letras góticas o con estilo barroco, en colores intensos.
  • Simetría en la composición.
  • Uso de cintas patrias, corazones, flores, dragones, lunas y soles.
  • Frases ingeniosas, picarescas o filosóficas.
  • Efectos de volumen, sombra y relieve que otorgan profundidad visual.

Su gran particularidad es que no solo es estético, sino también narrativo: cada obra cuenta algo. Ya sea una reflexión, una declaración de identidad barrial o una devoción religiosa, el fileteado funciona como vehículo de expresión cultural.

De arte funcional a símbolo patrimonial

Durante décadas, el fileteado fue visto como una forma de arte menor o exclusivamente utilitaria. Sin embargo, su creciente presencia en la cultura visual de Buenos Aires motivó su revalorización. A partir de los años 70 y 80, comenzaron a surgir artistas que llevaron esta técnica a museos, galerías y espacios públicos.

En 2015, la Unesco declaró al fileteado porteño como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, reconociendo su valor artístico, histórico y comunitario. Este reconocimiento consolidó su estatus y motivó su conservación como parte fundamental de la identidad argentina.

Hoy en día, es común encontrar fileteado en fachadas de locales, en murales callejeros, en remeras, cuadernos, mate y merchandising turístico, además de su tradicional presencia en colectivos antiguos y carteles de tango.

Artistas destacados y escuelas

Entre los máximos exponentes del fileteado se destacan Jorge Muscia, también conocido como “el fileteador de Buenos Aires”, y Alfredo Genovese, ambos responsables de la expansión internacional del estilo y su incorporación a obras contemporáneas.

También existen instituciones dedicadas a preservar y enseñar esta técnica. La Escuela de Fileteado Porteño dicta cursos para principiantes y profesionales, transmitiendo tanto la técnica tradicional como sus adaptaciones modernas. De esta manera, el arte se mantiene vivo y evoluciona, incorporando nuevos soportes y temáticas.

El fileteado como identidad visual de Buenos Aires

Más que una técnica decorativa, el fileteado porteño es un lenguaje visual que transmite valores, pasiones y sentido de pertenencia. Representa el espíritu de los barrios, la religiosidad popular, la admiración por ídolos del tango y el fútbol, y el ingenio criollo que se expresa en frases breves y contundentes.

Además, funciona como una herramienta de resistencia cultural frente a la homogeneización visual global. En una ciudad en constante cambio, el fileteado conserva lo identitario, lo tradicional, lo afectivo.

En los últimos años, artistas jóvenes han incorporado temáticas de género, derechos humanos y activismo político en sus obras fileteadas, demostrando la vigencia de este arte como forma de expresión contemporánea.

Su proyección internacional

El fileteado ha cruzado fronteras y hoy se exhibe en ciudades como París, Nueva York, Berlín y Roma. Exposiciones itinerantes, talleres y colaboraciones con artistas de otras disciplinas han contribuido a internacionalizar este lenguaje visual nacido en Buenos Aires.

También ha sido utilizado en diseño gráfico, packaging, tatuajes, publicidad e incluso animaciones digitales. Su capacidad de adaptarse sin perder su esencia lo convierte en un símbolo poderoso de la cultura urbana argentina.

Conclusión: una tradición que sigue viva

El arte del fileteado porteño es mucho más que una ornamentación. Es memoria, identidad, creatividad y resistencia. Es Buenos Aires escrita con curvas, brillo y color. Su legado vive en las calles, en las manos de artistas que lo reinventan y en la mirada de quienes descubren en sus formas una manera de contar quiénes somos.

Cada filete cuenta una historia, y en cada línea está dibujado el corazón de una ciudad que se niega a olvidar sus raíces.

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